lunes, 11 de junio de 2007

Llamado al arrepentimiento


Llamado al Arrepentimiento
Lucas 5: 27-32
Versículo clave 5:32
27Después de estas cosas salió, y vio a un publicano llamado Leví, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme.
28Y dejándolo todo, se levantó y le siguió.
29Y Leví le hizo gran banquete en su casa; y había mucha compañía de publicanos y de otros que estaban a la mesa con ellos.
30Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores?
31Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.
32No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.



Introducción

Esta palabra nos habla de un aspecto de Jesús y de su propósito en la tierra, para lo cual nos relata el evento en que llama a Leví, un recaudador de impuestos. Oro para que podamos ver a Jesús y seguirle dejando todo lo que estorba para servir a Dios reconociendo quiénes somos y cuál es nuestra situación delante de Dios.


I. - Jesús llama a Leví un recaudador de impuestos

Jesús vio a Leví, significa no sólo que lo ve físicamente sino además que pudo mirar dentro de su propia persona, el dolor que había en el corazón de Leví. Este Leví era un publicano, es decir, un recaudador de impuestos. En si su trabajo no era malo pero ellos se enriquecieron al cobrar mas de lo debido, además recaudaban el dinero como impuesto o tributo al imperio romano que gobernaba sobre Israel, por tanto esos publicanos eran considerados traidores de su pueblo, incluso se les trataba como perros vendedores de su patria. Al ver esto podemos entender la situación de Leví, el era rechazado, eso puede crear en el corazón de Leví dos cosas un resentimiento hacia la gente pensando que los demás son unos envidiosos ó caer en dura depresión que le haría dudar de su vida y querer morir. De cualquier manera Jesús vio a este Leví y le llamó diciendo sígueme, la palabra de Jesús es directa y poderosa que llega al corazón y espíritu de los hombres por eso su palabra penetro hasta el interior de Leví y sacudió todo su ser ¿por qué digo esto? Por la acción de Leví luego de escuchar la palabra de Jesús. Antes de este evento la Biblia nos indica que Jesús había sanado a muchos enfermos y había predicado su palabra por tanto sus enseñanzas ya eran conocidas, Leví habría escuchado sobre Jesús y supo quién era este Jesús. El interior de Leví ya había sido sacudido y cuando escucho a Jesús llamarle inmediatamente le siguió. La palabra es maravillosa y nos muestra su poder cuando Leví dejándolo todo le siguió, esto es muy profundo, muestra la efectividad de la palabra. Ahora fijémonos en Leví que no miró lo que dejaba, su posición, dinero, incluso el temor de volver a ser rechazado él sólo fijo su vista en Jesús.
La Palabra de Dios da vida a los hombres y corrige sus pensamientos chuecos, saca de la oscuridad a los que viven bajo la tristeza y el pecado, así como Leví quería salir de su forma de vida y no pudo hacerlo bajo sus propias fuerzas, nosotros también, muchas veces queremos salir de cierta forma de vida que nos trae dolor y tristeza, hay vicios como el cigarro, el alcohol, o bien una actitud de flojera en la casa, indecisiones en el trabajo, malas notas en la escuela, o quizás el deseo de hacer algo que valga la pena y no sabemos que es. Los hombres tenemos una esperanza de siempre tener algo mejor, pero no sabemos que es. Pues bien Jesús resuelve ese problema en Leví, y de igual forma en nosotros. Jesús se dio a si mismo a Leví, de esta manera resuelve el problema de Leví, veamos, Jesús le dice a Leví: sígueme, así Jesús le da a Leví su palabra, pero este sígueme tiene un objeto a seguir el cual es Jesús mismo. Por tanto para sacar a Leví de su vida miserable Jesús le da su Palabra y así mismo. Igualmente a nosotros para sacarnos de las miserias que estorban nuestra vida y la hacen miserable Jesús nos da su Palabra. Dios quiere que creamos su Palabra, que en ella hay poder y puede sacarnos de nuestra manera de vivir errónea, sea cual fuere nuestra situación la Palabra de Dios es eficaz y poderosa para rescatarnos de cualquier amargura que tengamos por causa de nuestra mala manera de vivir, gracias a Dios que quiso hacer esto para nosotros que no merecíamos nada. Ahora bien Jesús no sólo sacó a Leví de su forma de vida errónea sino que le dio un nuevo propósito y un objeto de vida diferente, antes Leví vivió tras el dinero y el bienestar físico esto se ve por su oficio de recaudador de impuestos, podemos decir que su objeto era el dinero y la comodidad, pero esa vida le llevó a la soledad, no digo que sea malo tener dinero sino que lo malo fue su objeto de vida, ahora Jesús cambia el objeto de vida de Leví, Jesús se hace el objeto de vida para Leví, nada en el mundo puede traer una completa plenitud si no es Dios por medio de Jesús mismo. Muchos de nosotros tenemos un erróneo objeto de vida, para algunos es el dinero, para otros los placeres como la ropa, joyas, artículos electrónicos, o bien el afecto de una persona, por eso buscan quien les haga sentir mariposas en el estomago. Pero todo esto solo va a traer soledad a nuestro espíritu. Quien puede resolver nuestro problema de vida es Jesús mismo, Jesús ha de ser nuestro objeto de vida, es decir a quien debemos seguir. Este es un gran misterio para los que no han recibido revelación de Dios, pero el secreto radica en ver quién es Jesús que puede resolver la dirección de nuestra vida al aceptarle en nuestro corazón.

La dirección que seguimos en la vida indica que clase de personas somos, Leví dirigió su camino a enriquecerse, pero ese camino le llevó a una profunda tristeza y soledad, cada uno de nosotros sin Jesús teníamos un camino de vida, yo buscaba el conocimiento y ser reconocido como muy inteligente y capaz de hacer los que me propuiera, eso me llevó a una profunda tristeza porque cuando se consigue lo deseado solo se reconoce que en realidad no te satisface, te quedas con vacío y soledad en tu corazón. En el peor caso se enorgullece tu corazón pensando que el mundo no te merece pero esto produce una mayor soledad. El problema es la dirección de vida, antes seguíamos al mundo ahora es necesario seguir a Jesús. Él dice sígueme, que impresionante es esto, Dios sabe que cualquier dirección que tome el hombre en su vida si no es Jesús entonces es camino de tristeza y muerte, sólo decidamos tomar a Jesús como nuestro camino de vida.

Seguir a Jesús no sólo es ir tras él, también indica que Jesús ha de ser nuestro modelo de vida, nuestro ejemplo. En el tiempo que Jesús llamó a Leví, Jesús no podía vivir dentro de Leví para guiarlo, sino que Leví debía imitar la actitud de Jesús, pero luego que Jesús ascendió a los cielos y mando a su Espíritu para que habite en nosotros, Jesús como el Hijo de Dios vive en nosotros, ahora Jesús mismo no sólo es nuestro ejemplo de vida sino nuestra vida misma, seguir a Jesús es dejar que él mismo dirija y maneje nuestra vida. Ahora la relación que hay entre Jesús y cada uno de nosotros es más estrecha y profunda de la que tuvo Leví al ser llamado. Gracias a Dios que Jesús nos vio y llamó diciendo sígueme. Oro para que cada uno de nosotros decidamos rendir nuestro pensamiento, actitud y vida a Jesús.

II. - He venido a llamar a pecadores al arrepentimiento

Ahora vemos a un Leví diferente, antes vivía en soledad y tristeza, esto cambia al recibir y obedecer la palabra de Jesús, ahora prepara un banquete para Jesús en su casa, cuando obedecemos al llamado de Dios también surge un cambio en nuestra conducta porque este cambio nace desde nuestro hombre interior y por tanto se manifiesta en nuestro hombre exterior. Leví tuvo un cambio genuino que por fuerzas propias jamás habría logrado, cambio que se obtiene cuando aceptamos a Jesús en nuestra vida. Muchas veces queremos hacer algo y no podemos, queremos dejar una mala conducta y no podemos, esto es porque lo hacemos con nuestra fuerza natural, aún cuando sea bueno nuestro propósito no lo podemos hacer, por ejemplo alguien quiere salir a testificar sobre Cristo y se concentra para hacerlo pero cuando llega el momento de hacerlo no puede, ésta persona confía en sus propias fuerzas, sólo con la ayuda y dependencia total en Jesús se puede lograr un cambio verdadero. Los banquetes son manifestaciones de gozo y fraternidad, los hermanos nos reunimos para compartir este gozo y amor fraternal en Cristo. Pues bien este mismo corazón nació en Leví, descubrió a Jesús y su interior cambio, quiso compartir su alegría con otros, por eso invito a sus compañeros de trabajo según vemos en el versículo 29 para que también encontraran a Jesús, esto mismo surge cuando Dios revela a cada persona quién es Jesús y ésta le recibe en su corazón, inmediatamente quiere compartir la alegría de conocer a Jesús. Así vemos por tanto que la persona principal en el banquete es Jesús.

En este banquete además de estar los compañeros de Leví dice la Palabra que había otros; éstos son los escribas y fariseos que siempre buscaban la manera de contradecir a Jesús o de prenderlo en alguna blasfemia para acusarle, todo lo que Jesús hacía, ellos le criticaban negativamente como hoy lo hacen muchos cristianos de muchas denominaciones que no escuchan al espíritu de verdad y siempre les parece mal lo que otros hacen, de cualquier manera esos escribas y fariseos les parecía mal que Jesús estuviera con aquellos publicanos. Ellos murmuraban contra los discípulos diciendo:
¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores?
Ellos no conocieron a Jesús, y aun menos ni siquiera se conocieron a si mismos, pensaron que ellos eran buenas personas, justas, que lo dictado en la ley para los pecadores era para otros pero no para ellos, como cuando escuchamos una palabra dura en la predicación y buscamos a quien le quedaría bien esa palabra, pero no a nosotros. Ellos se creían perfectos y por tanto no pudieron ver la necesidad de recibir a Jesús. Por eso criticaron a Jesús y a sus discípulos. Pero notemos que los escribas y fariseos esta vez murmuraban contra los discípulos, pensando: bueno Jesús no tiene remedio es el maestro de ellos pero estos discípulos que también se juntan con esos pecadores, cometen una bajeza. En cierto sentido reconocían a los discípulos como algo justos pero a los demás invitados como indignos de convivir con los que se creían ser justos. Su corazón estaba endurecido y no tenían compasión por los demás, en lugar de criticar la acción de los discípulos debían tratar de entender la situación pero ellos eran unos líderes que no veían por las ovejas perdidas sino que las devoraban.

Jesús supo lo que acontecía y dirigiéndose con los escribas y fariseos dijo:
Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.
Jesús reveló la causa por la cual bebía y comía con publicanos y pecadores. Jesús vio que la situación de los hombres es de un enfermo, las enfermedades causan dolor, incapacidad y tristeza. Esa misma es la situación del hombre, somos enfermos. Mas Jesús es el médico por esto es que Jesús comía con esos publicanos y pecadores, supo que ellos estaban enfermos y que él tenía el poder de curarlos, pero ¿enfermos de qué? Jesús nos da la respuesta compara a los enfermos con los pecadores, miremos el versículo 32:
No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento
Nuestra situación como pecadores ante Dios es de enfermos y la enfermedad que tenemos es la de pecado. El pecado nos causa dolor, incapacidad, tristeza pero su carácter principal es la muerte. Jesús vino a remediar esa mala situación. Jesús quiere que reconozcamos nuestra situación ante Dios de que no tenemos nada sano, que todo nuestro ser está corrompido por el pecado. Como humanos nos desviamos hacia lo sensual y nuestras mentes son egoístas y orgullosas amamos al mundo y sus placeres, los jóvenes buscan mujeres no por amor correcto sino para satisfacer sus deseos sexuales y las jovencitas para ser el centro del amor de los muchachos. Somos una sociedad cuyos individuos están enfermos por sus malas acciones y pensamientos perversos. Gracias a Dios que hay una única manera de resolver éste problema de pecado, Jesús es la solución para nuestra enfermedad, Jesús corrige nuestra vida errónea. Cuando Jesús dice que vino a llamar a pecadores al arrepentimiento además de mostrarnos nuestra situación ante Dios nos declara también su propósito de venir al mundo, Jesús es el médico que puede sanarnos por eso quiere que reconozcamos que somos enfermos y vayamos ante él para sanarnos, Jesús vino a sanar a los pecadores de su pecado ¿Quiénes entonces son los justos y cuáles los pecadores si la Biblia dice que no hay justos ni aún uno? Veamos que Jesús dijo esto a los escribas y fariseos, ellos pensaban que eran justos es decir que estaban sanos y no necesitaban un médico, Jesús sana a los que reconocen su enfermedad y acuden a él, pero los que se creen sanos no van al médico y no pueden ser sanados. Veamos un punto importante, Jesús dice que llama a pecadores al arrepentimiento. Arrepentimiento aquí lo podemos ver como el hecho de cambiar la dirección de nuestra vida, esta es una de sus definiciones, la cual bien podemos utilizar en este caso, Leví cambió la dirección de su vida, se arrepintió del camino que seguía y fijó su camino hacia Jesús. Reconoció que sus obras eran malas, erradas, muertas; mas ahora tiene un arrepentimiento correcto.

En el libro de Joel 2:12-13 vemos bien este proceso: Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo.

Observemos que el arrepentimiento no tiene que ver con cambiar nuestra actitud o pensamiento sino de convertirnos a Dios. Este es el arrepentimiento correcto, es el mismo que tuvo Leví cuando se volvió a Jesús, el Hijo de Dios. La respuesta de Dios hacia los que cambian su camino y se vuelven a él es inmediata. Por último veamos un punto importante la Biblia no dice algo nomás porque sí, veamos que todo el texto se relaciona, Leví reconoció que estaba enfermo y vio a Jesús como el médico que puede sanarle y por eso lo pudo seguir. Leví cambió la dirección de su vida, se arrepintió del camino que seguía y fijó su camino hacia Jesús. Centró a Dios como el objeto principal de su vida, como consecuencia Dios le recibe y sana.

Conclusión. Hoy nosotros podemos escuchar la voz de Jesús que nos llama a una vida nueva fija en Dios, guiada por Jesús a través del Espíritu Santo. Nos invita al arrepentimiento genuino fundamentado en la Palabra de Dios. Jesús quiere sanarnos del pecado, su remedio a nuestra enfermedad actúa por medio de nuestro arrepentimiento y fe en Jesús que es nuestro médico que resuelve el problema de pecado en nuestra vida. Gracias a Dios por Jesús que nos rescata del camino de muerte y nos conduce por el camino de vida que es Cristo Jesús. Oro para que escuchemos su voz que nos invita diciendo: sígueme. Y reconozcamos que no somos justos sino enfermos que necesitamos de Jesús.

César Omar Ruiz Aguilera

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