miércoles, 13 de junio de 2007

El Ser del Hombre

Con este tema no quiero entrar en discusión con filósofos, o algún ateo inmoral, sino mostrar el punto de vista según se observa en la Biblia y que considero verdadero, es decir, lo que se dice concuerda con la realidad que se percibe. No según mi punto de vista y mucho menos lo que yo crea, sino de acuerdo a la sabiduría de lo alto. De Dios. También puede haber muchos creyentes sinceros que no estén de acuerdo con lo expuesto a continuación. A tales invito a debatirme con Biblia en mano.

Introducción

Se ha buscado definir qué es el hombre, como especie, sobre la faz de la tierra. No me refiero a su propósito sino a su constitución. Esta es una de las preguntas más importantes de la humanidad, quieren encontrar una definición para lo que somos. En este comentario quiero desarrollar un poco sobre el tema para que lo tengan en consideración.

Constitución de nuestro ser.

Comencemos con una idea común sobre el hombre. Algunos dicen que somos un animal racional; tal vez tengan razón pero sólo en parte. Compartimos ciertas características similares con los animales, por ejemplo el cuerpo de ambos contiene los mismos elementos básicos (carbono, hidrógeno, oxígeno y nitrógeno) y nuestro ADN tiene secuencias parecidas que difieren en un poco porcentaje. Podemos decir que nuestro cuerpo es animal, pero cada persona tiene una personalidad que lo identifica. Es asombroso que todas las personas sean diferentes, aún los gemelos no son iguales, genéticamente tienen diferencias. Pero lo que quiero recalcar es que tenemos ciertas características que compartimos con los animales, ellos como nosotros tenemos instintos, afectos, incluso sueños, etc. Pero ahora veamos que según dicen algunos científicos, la capacidad de pensamiento, lenguaje, creación y asociación de ideas del hombre que no comparte con los animales es debido a las diferencias del cerebro y funciones motrices de los cuerpos. Estas diferencias nos dotaron de unas características propias de los humanos. Podemos decir entonces que nuestras cualidades fisiológicas nos identifican como humanos. Pero no es lo único. Hasta aquí podemos decir que nuestro cuerpo es adecuado para realizar labores específicas: por ejemplo nuestras manos son únicas, ningún otro animal puede utilizar sus manos para fabricar herramientas tan complejas, solo veamos que podemos asir con ellas como ningún otro. Al igual nuestro cerebro está calificado para resolver problemas complejos, digamos como calcular. Calcular es una característica muy humana y natural. En resumen nuestro cuerpo está calificado para ser la herramienta perfecta. Ahora veamos otro aspecto del hombre que no comparte con los animales, nosotros tenemos facultad de percibir nuestra propia conciencia, podemos decir que tenemos conciencia de nosotros mismos; además aceptamos elementos como eternidad, creación, belleza, pureza. Elementos nobles pero que para los animales no tienen sentido, es más ni siquiera son percibidos. Por ahora volvamos a la conciencia que es una característica propia del hombre. La conciencia viene del espíritu que tenemos, éste espíritu, para algunos les parece absurdo, pero este espíritu es lo que les hace buscar lo más grande de la vida. Siempre utilizamos la palabra espíritu para describir la grandeza más noble del hombre; no podemos dudar del espíritu humano, ¿Cuál es el origen del espíritu? Veamos la Biblia, en Génesis 2:7 dice: Entonces Yahvé Dios formó al hombre del polvo de la tierra y sopló en su nariz aliento de vida, y fue el hombre un ser viviente. Aquí el aliento se refiere al espíritu, de ahí que tengamos tantas características también de Dios, El espíritu proviene de Dios. Por tanto tenemos cuerpo y espíritu. Sin embargo este no es la esencia de nuestra personalidad. El cuerpo es terrenal, pero el espíritu es celestial. Ambos producen en nosotros la vida, de hecho si vemos nuevamente en Génesis luego que Dios sopló aliento de vida, es decir el espíritu, fue el hombre un ser viviente, y en Juan 6:63 dice: El espíritu es el que da vida; la carne para nada aprovecha; es claro que el espíritu al unirse al cuerpo produjo un ser viviente, es decir un ser con alma. El alma es nuestro yo. Lo que somos está en el alma, somos independientes, de albedrío libre. En el alma radica nuestro pensamiento y la fuerza de nuestra voluntad; esta alma es diferente en cada humano, como lo son nuestros cuerpos, pero compartimos la libertad de elegir y hacernos responsables de nuestras decisiones. Es mentira que el hombre fue hecho como un autómata por Dios para que siguiera sus órdenes, no, Dios nos hizo inteligentes, sabios en Dios. El hombre solo es responsable por las decisiones que toma y debe afrontar las consecuencias de sus propios actos. De lo anterior podemos ver aquí un orden bien definido. Nuestro espíritu viene de Dios, de lo alto, es la parte más elevada de nuestro ser; nuestro cuerpo fue tomado de la tierra, parecido al animal, este cuerpo es la parte más humilde de nuestro ser. Entre ambos está nuestra alma, donde radica el yo. Lo que somos. Por tanto estamos constituidos de éstas tres partes, somos un ser tripartita. El apóstol Pablo nos aclara esto, para aquellos que no aceptan éste hecho quiero que miren atentamente sus Biblias en el idioma que quieran aún en el griego original, tal versículo en 1 Tesalonicenses 5:23 dice: “el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.” Muchas partes de la Biblia no podríamos entender sin aceptar éste principio fundamental. Primero veamos que Dios no es un alma, sino que Dios es Espíritu, el alma es característica del hombre. Jesús es Dios pero también hombre por eso dice de él hechos 2: 27: no dejarás mi alma en el Hades; también vemos en Mateo 26: 38: Entonces Jesús les dijo: Mi alma está muy triste, hasta la muerte; quedaos aquí, y velad conmigo.

Del espíritu de Jesús dice la Biblia en Lucas 23:46b: Padre, en tus manos encomiendo mi espíritu, y habiendo dicho esto expiró.

De lo cual vemos que existen referencias bíblicas donde podemos observar diferencias entre espíritu y alma, además de funciones características de ambas. En donde si aceptamos las diferencias podemos entender más correctamente la Palabra de Dios. En otro comentario hablaremos de esto más detalladamente.

Hemos visto que el hombre tiene características muy distintivas que lo hacen un ser especial. Los hombres debemos agradecer a Dios por las cualidades que nos dio, cada uno de los seres vivientes es diferente y único, nos dio el ser, lo cual no sólo habla del carácter del Hombre creado sino del Creador que lo formó. Tenemos un cuerpo que debe estar sujeto a las instrucciones del alma. Es una herramienta. A su vez el alma ha de estar sujeta al espíritu que proviene de lo alto, nuestro espíritu es el único que tiene comunión con Dios en Juan 4:24 dice: Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en verdad es necesario que adoren. Nosotros en cuanto a nuestro yo, es decir nuestra alma debe utilizar su voluntad, emociones e intelecto bajo la dirección del espíritu para realizar su servicio a Dios. Recordemos que hay un orden.

Conclusión

El hombre está constituido por tres partes que en conjunto forman su ser, cada individuo es único; y cada parte de su ser tiene una función específica en él. Éstas son en orden descendente: espíritu, alma y cuerpo. El alma está en contacto con el mundo a través del cuerpo que lo percibe por medio de sus sentidos. El alma es el centro de nuestra emoción, voluntad y pensamientos, es nuestro yo que nos distingue. Nuestro espíritu es tal ves la parte más difícil de percibir, pero con ella podemos tener comunión directa con Dios, es como órgano capaz de percibir a Dios y tiene comunicación con él. Además una función que la distingue es hacernos dar cuenta de nuestros errores, faltas y pecados; a eso le llamamos conciencia. No fuimos hechos a manera de robot que sólo siga órdenes, tenemos individualidad. Somos responsables de nuestros propios actos. Y tenemos la capacidad de elegir libremente.

lunes, 11 de junio de 2007

Llamado al arrepentimiento


Llamado al Arrepentimiento
Lucas 5: 27-32
Versículo clave 5:32
27Después de estas cosas salió, y vio a un publicano llamado Leví, sentado al banco de los tributos públicos, y le dijo: Sígueme.
28Y dejándolo todo, se levantó y le siguió.
29Y Leví le hizo gran banquete en su casa; y había mucha compañía de publicanos y de otros que estaban a la mesa con ellos.
30Y los escribas y los fariseos murmuraban contra los discípulos, diciendo: ¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores?
31Respondiendo Jesús, les dijo: Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.
32No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento.



Introducción

Esta palabra nos habla de un aspecto de Jesús y de su propósito en la tierra, para lo cual nos relata el evento en que llama a Leví, un recaudador de impuestos. Oro para que podamos ver a Jesús y seguirle dejando todo lo que estorba para servir a Dios reconociendo quiénes somos y cuál es nuestra situación delante de Dios.


I. - Jesús llama a Leví un recaudador de impuestos

Jesús vio a Leví, significa no sólo que lo ve físicamente sino además que pudo mirar dentro de su propia persona, el dolor que había en el corazón de Leví. Este Leví era un publicano, es decir, un recaudador de impuestos. En si su trabajo no era malo pero ellos se enriquecieron al cobrar mas de lo debido, además recaudaban el dinero como impuesto o tributo al imperio romano que gobernaba sobre Israel, por tanto esos publicanos eran considerados traidores de su pueblo, incluso se les trataba como perros vendedores de su patria. Al ver esto podemos entender la situación de Leví, el era rechazado, eso puede crear en el corazón de Leví dos cosas un resentimiento hacia la gente pensando que los demás son unos envidiosos ó caer en dura depresión que le haría dudar de su vida y querer morir. De cualquier manera Jesús vio a este Leví y le llamó diciendo sígueme, la palabra de Jesús es directa y poderosa que llega al corazón y espíritu de los hombres por eso su palabra penetro hasta el interior de Leví y sacudió todo su ser ¿por qué digo esto? Por la acción de Leví luego de escuchar la palabra de Jesús. Antes de este evento la Biblia nos indica que Jesús había sanado a muchos enfermos y había predicado su palabra por tanto sus enseñanzas ya eran conocidas, Leví habría escuchado sobre Jesús y supo quién era este Jesús. El interior de Leví ya había sido sacudido y cuando escucho a Jesús llamarle inmediatamente le siguió. La palabra es maravillosa y nos muestra su poder cuando Leví dejándolo todo le siguió, esto es muy profundo, muestra la efectividad de la palabra. Ahora fijémonos en Leví que no miró lo que dejaba, su posición, dinero, incluso el temor de volver a ser rechazado él sólo fijo su vista en Jesús.
La Palabra de Dios da vida a los hombres y corrige sus pensamientos chuecos, saca de la oscuridad a los que viven bajo la tristeza y el pecado, así como Leví quería salir de su forma de vida y no pudo hacerlo bajo sus propias fuerzas, nosotros también, muchas veces queremos salir de cierta forma de vida que nos trae dolor y tristeza, hay vicios como el cigarro, el alcohol, o bien una actitud de flojera en la casa, indecisiones en el trabajo, malas notas en la escuela, o quizás el deseo de hacer algo que valga la pena y no sabemos que es. Los hombres tenemos una esperanza de siempre tener algo mejor, pero no sabemos que es. Pues bien Jesús resuelve ese problema en Leví, y de igual forma en nosotros. Jesús se dio a si mismo a Leví, de esta manera resuelve el problema de Leví, veamos, Jesús le dice a Leví: sígueme, así Jesús le da a Leví su palabra, pero este sígueme tiene un objeto a seguir el cual es Jesús mismo. Por tanto para sacar a Leví de su vida miserable Jesús le da su Palabra y así mismo. Igualmente a nosotros para sacarnos de las miserias que estorban nuestra vida y la hacen miserable Jesús nos da su Palabra. Dios quiere que creamos su Palabra, que en ella hay poder y puede sacarnos de nuestra manera de vivir errónea, sea cual fuere nuestra situación la Palabra de Dios es eficaz y poderosa para rescatarnos de cualquier amargura que tengamos por causa de nuestra mala manera de vivir, gracias a Dios que quiso hacer esto para nosotros que no merecíamos nada. Ahora bien Jesús no sólo sacó a Leví de su forma de vida errónea sino que le dio un nuevo propósito y un objeto de vida diferente, antes Leví vivió tras el dinero y el bienestar físico esto se ve por su oficio de recaudador de impuestos, podemos decir que su objeto era el dinero y la comodidad, pero esa vida le llevó a la soledad, no digo que sea malo tener dinero sino que lo malo fue su objeto de vida, ahora Jesús cambia el objeto de vida de Leví, Jesús se hace el objeto de vida para Leví, nada en el mundo puede traer una completa plenitud si no es Dios por medio de Jesús mismo. Muchos de nosotros tenemos un erróneo objeto de vida, para algunos es el dinero, para otros los placeres como la ropa, joyas, artículos electrónicos, o bien el afecto de una persona, por eso buscan quien les haga sentir mariposas en el estomago. Pero todo esto solo va a traer soledad a nuestro espíritu. Quien puede resolver nuestro problema de vida es Jesús mismo, Jesús ha de ser nuestro objeto de vida, es decir a quien debemos seguir. Este es un gran misterio para los que no han recibido revelación de Dios, pero el secreto radica en ver quién es Jesús que puede resolver la dirección de nuestra vida al aceptarle en nuestro corazón.

La dirección que seguimos en la vida indica que clase de personas somos, Leví dirigió su camino a enriquecerse, pero ese camino le llevó a una profunda tristeza y soledad, cada uno de nosotros sin Jesús teníamos un camino de vida, yo buscaba el conocimiento y ser reconocido como muy inteligente y capaz de hacer los que me propuiera, eso me llevó a una profunda tristeza porque cuando se consigue lo deseado solo se reconoce que en realidad no te satisface, te quedas con vacío y soledad en tu corazón. En el peor caso se enorgullece tu corazón pensando que el mundo no te merece pero esto produce una mayor soledad. El problema es la dirección de vida, antes seguíamos al mundo ahora es necesario seguir a Jesús. Él dice sígueme, que impresionante es esto, Dios sabe que cualquier dirección que tome el hombre en su vida si no es Jesús entonces es camino de tristeza y muerte, sólo decidamos tomar a Jesús como nuestro camino de vida.

Seguir a Jesús no sólo es ir tras él, también indica que Jesús ha de ser nuestro modelo de vida, nuestro ejemplo. En el tiempo que Jesús llamó a Leví, Jesús no podía vivir dentro de Leví para guiarlo, sino que Leví debía imitar la actitud de Jesús, pero luego que Jesús ascendió a los cielos y mando a su Espíritu para que habite en nosotros, Jesús como el Hijo de Dios vive en nosotros, ahora Jesús mismo no sólo es nuestro ejemplo de vida sino nuestra vida misma, seguir a Jesús es dejar que él mismo dirija y maneje nuestra vida. Ahora la relación que hay entre Jesús y cada uno de nosotros es más estrecha y profunda de la que tuvo Leví al ser llamado. Gracias a Dios que Jesús nos vio y llamó diciendo sígueme. Oro para que cada uno de nosotros decidamos rendir nuestro pensamiento, actitud y vida a Jesús.

II. - He venido a llamar a pecadores al arrepentimiento

Ahora vemos a un Leví diferente, antes vivía en soledad y tristeza, esto cambia al recibir y obedecer la palabra de Jesús, ahora prepara un banquete para Jesús en su casa, cuando obedecemos al llamado de Dios también surge un cambio en nuestra conducta porque este cambio nace desde nuestro hombre interior y por tanto se manifiesta en nuestro hombre exterior. Leví tuvo un cambio genuino que por fuerzas propias jamás habría logrado, cambio que se obtiene cuando aceptamos a Jesús en nuestra vida. Muchas veces queremos hacer algo y no podemos, queremos dejar una mala conducta y no podemos, esto es porque lo hacemos con nuestra fuerza natural, aún cuando sea bueno nuestro propósito no lo podemos hacer, por ejemplo alguien quiere salir a testificar sobre Cristo y se concentra para hacerlo pero cuando llega el momento de hacerlo no puede, ésta persona confía en sus propias fuerzas, sólo con la ayuda y dependencia total en Jesús se puede lograr un cambio verdadero. Los banquetes son manifestaciones de gozo y fraternidad, los hermanos nos reunimos para compartir este gozo y amor fraternal en Cristo. Pues bien este mismo corazón nació en Leví, descubrió a Jesús y su interior cambio, quiso compartir su alegría con otros, por eso invito a sus compañeros de trabajo según vemos en el versículo 29 para que también encontraran a Jesús, esto mismo surge cuando Dios revela a cada persona quién es Jesús y ésta le recibe en su corazón, inmediatamente quiere compartir la alegría de conocer a Jesús. Así vemos por tanto que la persona principal en el banquete es Jesús.

En este banquete además de estar los compañeros de Leví dice la Palabra que había otros; éstos son los escribas y fariseos que siempre buscaban la manera de contradecir a Jesús o de prenderlo en alguna blasfemia para acusarle, todo lo que Jesús hacía, ellos le criticaban negativamente como hoy lo hacen muchos cristianos de muchas denominaciones que no escuchan al espíritu de verdad y siempre les parece mal lo que otros hacen, de cualquier manera esos escribas y fariseos les parecía mal que Jesús estuviera con aquellos publicanos. Ellos murmuraban contra los discípulos diciendo:
¿Por qué coméis y bebéis con publicanos y pecadores?
Ellos no conocieron a Jesús, y aun menos ni siquiera se conocieron a si mismos, pensaron que ellos eran buenas personas, justas, que lo dictado en la ley para los pecadores era para otros pero no para ellos, como cuando escuchamos una palabra dura en la predicación y buscamos a quien le quedaría bien esa palabra, pero no a nosotros. Ellos se creían perfectos y por tanto no pudieron ver la necesidad de recibir a Jesús. Por eso criticaron a Jesús y a sus discípulos. Pero notemos que los escribas y fariseos esta vez murmuraban contra los discípulos, pensando: bueno Jesús no tiene remedio es el maestro de ellos pero estos discípulos que también se juntan con esos pecadores, cometen una bajeza. En cierto sentido reconocían a los discípulos como algo justos pero a los demás invitados como indignos de convivir con los que se creían ser justos. Su corazón estaba endurecido y no tenían compasión por los demás, en lugar de criticar la acción de los discípulos debían tratar de entender la situación pero ellos eran unos líderes que no veían por las ovejas perdidas sino que las devoraban.

Jesús supo lo que acontecía y dirigiéndose con los escribas y fariseos dijo:
Los que están sanos no tienen necesidad de médico, sino los enfermos.
Jesús reveló la causa por la cual bebía y comía con publicanos y pecadores. Jesús vio que la situación de los hombres es de un enfermo, las enfermedades causan dolor, incapacidad y tristeza. Esa misma es la situación del hombre, somos enfermos. Mas Jesús es el médico por esto es que Jesús comía con esos publicanos y pecadores, supo que ellos estaban enfermos y que él tenía el poder de curarlos, pero ¿enfermos de qué? Jesús nos da la respuesta compara a los enfermos con los pecadores, miremos el versículo 32:
No he venido a llamar a justos, sino a pecadores al arrepentimiento
Nuestra situación como pecadores ante Dios es de enfermos y la enfermedad que tenemos es la de pecado. El pecado nos causa dolor, incapacidad, tristeza pero su carácter principal es la muerte. Jesús vino a remediar esa mala situación. Jesús quiere que reconozcamos nuestra situación ante Dios de que no tenemos nada sano, que todo nuestro ser está corrompido por el pecado. Como humanos nos desviamos hacia lo sensual y nuestras mentes son egoístas y orgullosas amamos al mundo y sus placeres, los jóvenes buscan mujeres no por amor correcto sino para satisfacer sus deseos sexuales y las jovencitas para ser el centro del amor de los muchachos. Somos una sociedad cuyos individuos están enfermos por sus malas acciones y pensamientos perversos. Gracias a Dios que hay una única manera de resolver éste problema de pecado, Jesús es la solución para nuestra enfermedad, Jesús corrige nuestra vida errónea. Cuando Jesús dice que vino a llamar a pecadores al arrepentimiento además de mostrarnos nuestra situación ante Dios nos declara también su propósito de venir al mundo, Jesús es el médico que puede sanarnos por eso quiere que reconozcamos que somos enfermos y vayamos ante él para sanarnos, Jesús vino a sanar a los pecadores de su pecado ¿Quiénes entonces son los justos y cuáles los pecadores si la Biblia dice que no hay justos ni aún uno? Veamos que Jesús dijo esto a los escribas y fariseos, ellos pensaban que eran justos es decir que estaban sanos y no necesitaban un médico, Jesús sana a los que reconocen su enfermedad y acuden a él, pero los que se creen sanos no van al médico y no pueden ser sanados. Veamos un punto importante, Jesús dice que llama a pecadores al arrepentimiento. Arrepentimiento aquí lo podemos ver como el hecho de cambiar la dirección de nuestra vida, esta es una de sus definiciones, la cual bien podemos utilizar en este caso, Leví cambió la dirección de su vida, se arrepintió del camino que seguía y fijó su camino hacia Jesús. Reconoció que sus obras eran malas, erradas, muertas; mas ahora tiene un arrepentimiento correcto.

En el libro de Joel 2:12-13 vemos bien este proceso: Por eso pues, ahora, dice Jehová, convertíos a mí con todo vuestro corazón, con ayuno y lloro y lamento. Rasgad vuestro corazón, y no vuestros vestidos, y convertíos a Jehová vuestro Dios; porque misericordioso es y clemente, tardo para la ira y grande en misericordia, y que se duele del castigo.

Observemos que el arrepentimiento no tiene que ver con cambiar nuestra actitud o pensamiento sino de convertirnos a Dios. Este es el arrepentimiento correcto, es el mismo que tuvo Leví cuando se volvió a Jesús, el Hijo de Dios. La respuesta de Dios hacia los que cambian su camino y se vuelven a él es inmediata. Por último veamos un punto importante la Biblia no dice algo nomás porque sí, veamos que todo el texto se relaciona, Leví reconoció que estaba enfermo y vio a Jesús como el médico que puede sanarle y por eso lo pudo seguir. Leví cambió la dirección de su vida, se arrepintió del camino que seguía y fijó su camino hacia Jesús. Centró a Dios como el objeto principal de su vida, como consecuencia Dios le recibe y sana.

Conclusión. Hoy nosotros podemos escuchar la voz de Jesús que nos llama a una vida nueva fija en Dios, guiada por Jesús a través del Espíritu Santo. Nos invita al arrepentimiento genuino fundamentado en la Palabra de Dios. Jesús quiere sanarnos del pecado, su remedio a nuestra enfermedad actúa por medio de nuestro arrepentimiento y fe en Jesús que es nuestro médico que resuelve el problema de pecado en nuestra vida. Gracias a Dios por Jesús que nos rescata del camino de muerte y nos conduce por el camino de vida que es Cristo Jesús. Oro para que escuchemos su voz que nos invita diciendo: sígueme. Y reconozcamos que no somos justos sino enfermos que necesitamos de Jesús.

César Omar Ruiz Aguilera

sábado, 9 de junio de 2007

Estudio Bíblico

Muchos quisieran tener un conocimiento apropiado de la Biblia, en este espacio haremos algunos comentarios para acceder al maravilloso mundo de las Sagradas Escrituras. (construcción)